La cartera que dirige Nadia Calviño ha destacado que Europa trabaja desde hace meses en esta nueva norma, que prevé dotar a la Unión Europea (UE) de un marco legislativo para promover una IA «fiable, sólida y ética» que establezca obligaciones para proveedores y usuarios en función del nivel de riesgo de los casos de uso.
«El reglamento de inteligencia artificial es una de las prioridades de la agenda de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Actualmente, el texto se encuentra en fase de trílogos y la presidencia española espera que pueda cerrarse y ser aprobado antes de que acabe el año», ha añadido Economía.
En este contexto, el entorno de pruebas pretende acercar a las autoridades competentes y a las empresas desarrolladoras de IA para definir conjuntamente «buenas prácticas» que sirvan de base para la implementación de la nueva regulación, la cual se espera que se empiece a aplicar en dos años.
De este modo, el ‘sandbox’ busca definir las vías para implementar los requisitos aplicables a los sistemas de IA de «alto riesgo» en productos regulados, como por ejemplo, los sanitarios.
También busca definir sistemas autónomos de IA en ámbitos como la identificación biométrica y la categorización de personas físicas, la gestión y explotación de infraestructuras críticas, la educación y formación profesional, el empleo y la gestión de trabajadores, el cumplimiento de la ley, la gestión de la migración, el asilo y el control de fronteras o la administración de justicia y los procesos democráticos.
Se espera que a raíz de esta iniciativa se elabore un informe con «buenas prácticas, lecciones aprendidas y guías técnicas de aplicación» basadas en las pruebas y la experimentación práctica.
El Ministerio de Economía ha explicado que para poner en marcha el entorno de pruebas se seleccionarán sistemas de inteligencia artificial de alto riesgo, de propósito general y modelos fundacionales.
Además, se creará un consejo asesor de expertos formado por profesionales del ámbito de la IA que apoyarán y asesorarán en la aplicación de los requerimientos a los participantes en el ‘sandbox’.